A GRANEL
El
hipermercado cerró los ultramarinos y mató las conversaciones de barrio. El
autoservicio dejó las compras sin balanza y sin palabras. Prohibido bromear con
la cajera que se forma cola. Hay cajas rápidas para los que llevan pocos
productos y ya hay cajas en las que te cobras tú mismo. Las lechugas
vienen en bolsa y deshojadas. Las manzanas maduran en bandejas de plástico
rígido.
Éste es un
mundo empaquetado, enlatado, etiquetado, clasificado, embotellado, precintado,
embolsado, plastificado, deshuesado, desgrasado, pelado, precocinado y
loncheado. Un mundo no retornable de PVC, Pet, Tetrabrik, aluminio,
poliestireno expandido y mil tipos de plástico. Una vida insostenible, marcada,
como nuestros productos, con fecha de caducidad.
El progreso es
aséptico. Escrupuloso. Exacto y desapasionado. Yo prefiero vivir a granel.
Comprar al corte. Que vuelvan las hueveras y el vermut de barril. Los mercados
y los mercadillos. Conocer a quien regó los tomates. Rellenar sifones y
devolver los cascos. Comprar lento, charlar y perder el tiempo.
No quiero una
vida envasada al vacío. Aspiro a ser parte de un mundo imperfecto e inexacto.
Amar a granel. No dosificar los besos. Derrochar abrazos. Reír a puñados. Hacer
manojos de caricias y gastarlos sin recato. No dar las gracias ni pedir
perdón con cuentagotas. No poner etiquetas. Gastar la amistad a raudales. Soñar
sin rigor y sin medida.
Comerme la
vida a bocados y atragantarme de ella.
Guillermo Viglione
Publicado en
El Diario Vasco el Domingo 27 de Octubre de 2013.
Las imágenes pertenecen al Mercado "La Vaga Central", en Santiago de Chile. Ha sido considerado por el "Daily Mail" como uno de los mejores mercados del mundo.
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