jueves, 10 de octubre de 2013

Así suena mi vida.

Hay canciones que siempre irán contigo; hoy "Canción del elegido", dedicada al sindicalista Abel Santamaría por el cantautor cubano Silvio Rodríguez. Un himno. 




CANCIÓN DEL ELEGIDO
Silvio Rodríguez

Siempre que se hace una historia
se habla de un viejo, de un niño o de sí,
pero mi historia es difícil:
no voy a hablarles de un hombre común.
Haré la historia de un ser de otro mundo,
de un animal de galaxia.
Es una historia que tiene que ver
con el curso de la Vía Láctea.
Es una historia enterrada.
Es sobre un ser de la nada.
Nació de una tormenta en el sol
de una noche, el penúltimo mes.
Fue de planeta en planeta
buscando agua potable,
quizás buscando la vida
o buscando la muerte
—eso nunca se sabe—.
Quizás buscando siluetas
o algo semejante que fuera adorable,
o por lo menos querible,
besable, amable.
Él descubrió que las minas
del rey Salomón
se hallaban en el cielo
y no en el África ardiente,
como pensaba la gente.
Pero las piedras son frías
y le interesaban calor y alegrías.
Las joyas no tenían alma,
sólo eran espejos, colores brillantes.
Y al fin bajo hacia la guerra…
¡perdón! quise decir a la tierra.
Supo la historia de un golpe,
sintió en su cabeza
cristales molidos y comprendió
que la guerra era la paz del futuro:
lo más terrible se aprende enseguida
y lo hermoso nos cuesta la vida.
La última vez lo vi irse entre el humo
y metralla, contento y desnudo:
iba matando canallas
con su cañón de futuro.






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