La desgarradora noticia que nos dejaba el día de ayer no es la primera y dudo mucho que vaya a ser la última. El accidente más grave que ha tenido lugar en la minería española desde hace 28 años, se cobraba ayer la vida de 6 personas en el Pozo de Emilia del Valle (Pola de Gordón) a causa de un escape de grisú. Mineros hijos de mineros, quizás nietos, que hoy se merecen sin duda estar aquí.
Las fotografías forman parte de la colección del Archivo Histórico Minero, un proyecto que nace para recordar nuestro pasado más inmediato y nuestro presente, que se antoja sin embargo desconocido.
Los pozos caen sin hacer ruido. Cierran y su boca guarda silencio para siempre, algunos, con suerte, serán parte de un museo que cambiará el relevo de mineros por otro de turistas, y el guaje del picador será ahora camarero o auxiliar en un geriátrico. La carretera que hasta ayer veía pasar cada día a cientos de trabajadores queda hoy vacía; las labores se transforman y ya no quedan picadores, en unos años sólo los mayores sabrán lo que era un testeru y unos pocos escogidos como fue la primera jornada laboral de una mujer en la mina... Si no se pone remedio, por miedo o por verguenza, todos esos recuerdos dormirán para siempre bajo tierra con el carbón, con nuestra historia.
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