Por supuesto
que hay un montón de cosas
que no te he dicho todavía.
Qué esperabas.
Si te lo dijese todo de golpe,
en un ataque freudiano de sinceridad,
no sólo no me creerías nada
sino que además
empezarías a mirarme
como a un tipo
seriamente peligroso.
Mejor así. Mejor
que sigas pensando
que tengo mucha vida interior
y que te aguardan
momentos irrepetibles.
Karmelo C. Iribarren
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