Los sabios siempre han dicho que las ruinas son señal de que hubo un gran imperio hace mucho tiempo.
Supongo que el amor es eso,
pasar de que te oxigenen a que te oxiden
y no hacer nada al respecto
porque el color rojizo del que se vuelve tu piel
te recuerda un poco a sus labios,
clavarte un cuchillo a consciencia y no vendar la herida
porque la sensación de escozor lleva la mitad de su nombre,
o perder todos los trenes del mundo
por quedarte a su lado solo un rato más.
Marta Aguadero
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