A Maya Angelou le preguntaron en una de sus últimas entrevistas cómo vivía la sensación de envejecer; además de los cambios físicos contó que había aprendido varias cosas...
"Aprendí que no importe lo que pase, o cuán malo puede parecer el día de hoy, la vida continúa, y mañana será mejor.
Aprendí que se puede decir mucho sobre una persona a partir de la manera en que maneja estas tres situaciones: un día lluvioso, equipaje perdido, y luces navideñas enredadas.
Aprendí que no importa cuál sea la relación que tengas con tus padres, los extrañarás cuando ya no estén en tu vida.
Aprendí que “ganarse la vida” no es lo mismo que “vivir”.
Aprendí que a veces la vida te da segundas oportunidades.
Aprendí que no debes ir por la vida con guantes de receptor en ambas manos, necesitas ser capaz de dar algo a cambio.
Aprendí que cuando decido algo con un corazón abierto, casi siempre tomo la decisión correcta.
Aprendí que incluso cuando siento molestias, yo no tengo que ser una.
Aprendí que todos los días deberías acercarte a alguien. La gente aprecia un cálido abrazo, o simplemente una palmada amistosa en la espalda.
Aprendí que aún tengo mucho por aprender.
Aprendí que las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero las personas nunca olvidarán cómo las hiciste sentir."
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