"Apresurémonos a gozar, nuestros momentos están contados, la hora que he pasado afligiéndome no me ha acercado menos a la muerte. Trabajemos, pues el trabajo es el padre del placer; pero no nos aflijamos nunca. Reflexionemos sanamente antes de tomar partido; y una vez decidido éste, no cambiemos jamás. Con la obstinación se alcanza todo. Dadnos talentos: un día lamentaré el día perdido".
(Diario, 23 Mesidor, año IX, 12 de julio de 1804)
Stendhal
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