El amor nace y muere
dentro del pecho,
habita en los cuadernos,
en las sábanas manchadas de sexo,
en la primera luz del día.
Sale a las calles
a gritar
con nombre propio
auxilio,
ayuda,
amor;
pero siempre regresa
como un hijo pródigo
y te espera
al final del pasillo
para pedirte explicaciones
o en su defecto
perdón.
Lena Carrilero.
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