domingo, 27 de noviembre de 2016

Compañeras.


Sin la mujer, la vida es pura prosa.
RUBÉN DARÍO


Lo mejor que puede hacer un hombre cuando ve a una mujer besar a su hijo, cuando ve a una mujer romperle la cara al invierno y partirse la espalda por el resto es apartarse, observar atentamente, ponerse en pie. Decía Escandar que mirara donde mirara solo veía mujeres luchando. Mujeres cargando, mujeres abriendo, mujeres curando. Madres que se crujen el alma agachándose para quitar las piedras que le salieron a tu camino, para que yo no tropiece.

        Las verás siempre dispuestas, lobas que amamantan, cuidan a sus cachorros, cuidan todo, madres de brazos abiertos, de pecho abierto, de alma abierta. Son perfectas por el simple hecho de existir, de haber nacido, de devolver ese regalo dando a luz otra vida. Deberíais aplaudirlas al verlas pasar, limpiando el mundo, con sus hijos, con febrero a la espalda, a cargo de la casa, a cargo de la producción, a cargo de la vida. Están en todas partes, abriendo el camino, trayéndote luz, borrando de tu frente los fantasmas.

        Mujeres a las que les clavan los codos para que no asciendan en el orden social fijado por los hombres porque se deben al hogar. Mundo de hombres, mujeres frenadas, mundo patriarcal, mundo enfermo, mujeres lanzadas afuera, mujeres sin edén. Limitándose a amar, a ver la distribución desigual del poder y a seguir amando. Mujeres que aman, división sexual del trabajo, mujeres que aman, obstáculos para avanzar, trabajos no remunerados (querer y callar), mujeres que aman, competentes pero que no destaquen, mundo patriarcal, mundo enfermo, mundo enfermo, mundo enfermo.

       Mujer anuncio para que tú disfrutes, para que tú la mires, mujer objeto. Mujer bombardeada: la dictadura de los cosméticos, complejos y más complejos, ventas y más ventas.

      Mujeres a las que obligamos a ser madres, amantes, florero, costilla, Cenicienta, cocineras, putas, educadoras, costilla de Adán, felpudo, veinticuatrosiete, siempre perfectas, costilla y culpable, pecado original, siempre preparadas como yo lo desee, como deseen los hombres, siempre a mano. Y no solo costilla, y no solo María Magdalena, y no solo burdel, también burka, Juana la Loca, también ablación, Juana de Arco, matrimonios acordados, también Penélope, Casandra, también Pandora, también la culpa, no solo costilla.

   Violencia doméstica, con golpe o sin él, justificaciones, costumbres, excusas, normas sociales aceptadas, aceptadas por todos porque no tenemos el valor de reanudar el mundo, con ellas al mando, con nosotros al mando, con todos al mando, tribunales que exculpan.

        Si no las ves eres un imbécil. Están luchando, partiéndose el alma por todos. Muchos lo dicen, que si ellas gobernaran el mundo no habría guerras. Ninguna impulsaría matar al hijo que otra mujer hubiera llevado en su vientre porque solo ellas conciben el dolor sin fin de perder a un vástago. Nunca despojarían a otra madre del milagro de serlo. Nunca. Nunca lo harían.

        Yo solo quiero que descansen, que las dejemos descansar, que este siglo poco a poco les devuelva lo perdido, sus horarios, que dejen de limpiar nuestro camino, de resolver nuestro crucigrama, que ya tienen bastante con los suyos, sus fantasmas, que olviden ya los míos, los tuyos.

        El espejo de Frida, el espejo de Szymborska, el espejo de Rosa Parks, las madres de la Plaza de Mayo, Mafalda, Femen, Simone de Beauvoir, mujeres en lucha contra la historia, las manos de la madre Teresa de Calcuta, Indira Gandhi, Victoria Kent y su mirada al preso. El ejemplo, la senda marcada.

      Madres, mujeres, hermanas, parejas, compañeras, eternas, compañeras, milagro, compañeras, sin dueño, compañeras, siempre, compañeras.

Marwan


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