Tras la revolución Francesa, los grandes Imperios Europeos comienzan un declive que dará pie a la aparición de una clase Burguesa, que tendrá un gran poder e importancia en todos los aspectos de la sociedad del final de siglo XIX. La aristocracia irá paulatinamente retirándose del poder para ser renovada por una clase social más moderna y ambiciosa. Esta nueva situación conlleva un cambio de gusto y estética. Lo que la aristocracia de finales del XVIII y principio del XIX, consideraba necesario, elegante y dogmático; con este cambio social, se deja atrás y se buscan nuevas estéticas que representen mejor a los nuevos dirigentes. Nace de este modo el movimiento Biedermeier.
Biedermeier es la unión de dos conceptos, “bieder” que significa sencillo, y “meier”, uno de los más vulgares apellidos alemanes. Esta unión de conceptos la crean dos colaboradores de un periódico de Munich, al dar vida a un ser caricaturesco que representaba la sociedad burguesa del momento. De ahí que haya sido designado con este nombre, el nuevo estilo representativo de esta clase social. La nueva Burguesía está ávida de reconocimiento y de asentar las bases de su nueva situación, por lo cual, por primera vez en la historia de Europa, se piden en cantidades masivas objetos para la decoración; muebles, obras de arte, pinturas, porcelanas, etc… que marquen esta nueva situación, en donde el mueble ya no es un objeto de arte, sino que es apreciado por su elegancia y también por su utilidad, confortabilidad y que sea práctico. Gracias a los nuevos sistemas de producción, crearán una gran oferta de productos que permitirá un amplio abanico de objetos para esta nueva sociedad.
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