Que la mujer que ames
esté en su habitación con otro hombre. Que la ames. Y que ella
esté haciendo el amor con otro hombre mientras vos estás en la
habitación de al lado. Que llenes el espacio de música para tapar
voces y sonidos que luego no podrías nunca olvidar. Que alguien
golpee a tu puerta. Que al abrir la veas a ella envuelta en una
toalla. Que te sonría. Que te diga si podés ir a comprar
cigarrillos, para ella y para su amante. Que la mujer que ames
haya ido hasta tu cuarto a pedirte que, ya que estás vestido,
compres cigarrillos para ellos. Y que vayas, que la quieras tanto.
Que llueva. Que corras por la calle hasta el quiosco a comprarles
cigarrillos. Y que llueva mucho. Que regreses empapado con los
cigarrillos. Que la llames. Que golpees a la puerta de su
habitación. Que tengas que repetir su nombre. Que escuches los
sonidos de algo imprevistamente recomenzado. Que escuches jadeos
de placer. Que vuelvas a tu cuarto. Que pasen los minutos como
siglos. Que ella, la mujer que ames envuelta en su toalla, llame
nuevamente a tu puerta. Que abras y te encuentres otra vez con su
sonrisa. Que tengas que sonreír. Que debas imponerle otra sonrisa
a tu confusión. Que le des los cigarrillos y que ella te agradezca
por haber ido con esa lluvia. Que te pregunte cómo estás. Y que le
respondas que estás bien. Y que no sea cierto. Que la ames tanto.
Que te suceda algo así... para que me entiendas.
José Sbarra
Brigitte Bardot
Desgarradoramente maravilloso
ResponderEliminary maravilloso que te (nos) desgarre:)
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