Tú me dijiste:
Hueles a mañana de domingo
y yo me
quedé pensando
en todos los olores
de una mañana de domingo
El café
las
tostadas
el gel de la ducha
las naranjas exprimidas
los tomates
el sexo en las sábanas
los
alrededores de la Lonja
los sellos viejos, las monedas
los cromos
las manos de los
coleccionistas
los calamares rebozados
mi cuaderno de deberes
las montañas de mani en el tinglado del puerto
el pequeño barquito
que te conducía hasta al faro
por treinta pesetas.
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