Debes abandonar el rebaño.
Es urgente.
Y es lo mejor para todos.
No, no estamos hablando de echarte a la montaña y alejarte de la civilización ni de convertirte en un personaje inadaptado y antisocial incapaz de relacionarse con el resto de la sociedad.
Alejarte del rebaño es un arduo trabajo psicológico, que implica la recuperación del propio poder y criterio por encima de la opinión del resto del mundo.
Un acto de extrema responsabilidad y generosidad, rayando en el heroísmo, pues no te reportará beneficios sociales, reconocimiento, ni recompensas materiales.
No se trata pues de un acto de rebeldía adolescente, ni de una pataleta inconformista sin consecuencias.
Es mucho más profundo: se trata de dar un salto evolutivo como individuo que favorece el salto evolutivo de toda la especie humana.
Un ejercicio enriquecedor pero ingrato, muchas veces solitario y doloroso, pero que todos debemos emprender sin más dilación.
Y es que paradójicamente, abandonar el rebaño es la mejor manera de salvar al propio rebaño de sí mismo.
No te quepa ninguna duda de ello.
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