El
caballero mató al dragón y rescató a la princesa. Sucio de sudor y
sangre, la violó ahí mismo, en la torre. Luego se la llevó a su
castillo. Desde entonces ella le prepara la cena, le cose los
botones, le lava los calcetines. Piensa a menudo en el dragón.
Berna Wang
Jajaja qué bueno. Por cierto que el escrito de la entrada anterior también lo había leído por ahí y me había gustado mucho. Y que haya gente que sienta aversión al feminismo y se considere demócrata... Un abrazo!
ResponderEliminarTodo el mundo se sube al carro de la democracia...
ResponderEliminarun abrazo fuerte guapa!