Vida amorosa de una palabra
Y entonces la palabra soñó con convertirse en ser humano y se coló en un diccionario para conocer a algún sinónimo con el que pasar el resto de su vida, pero aburrida, tras varias ediciones de convivencia, probó con un antónimo, aunque, como era de esperar, su relación terminó por ser demasiado extrema, por no decir antagónica. Sólo entonces, la palabra, ya escarmentada, se decantó por un homónimo en busca de comprensión, pero volvió a caer en la rutina de los iguales, por lo que, con su trazo ya surcado de arrugas, aunque siempre obstinada en su voluntad, se buscó un parónimo* con quien reñir sus últimos días de vida, hasta que -es lo que tiene la evolución- fue extinguida del diccionario por quedar obsoleta. Toda su herencia, fruto de varios siglos de existencia, pasó irreversiblemente a su última pareja.
Y entonces la palabra soñó con convertirse en ser humano y se coló en un diccionario para conocer a algún sinónimo con el que pasar el resto de su vida, pero aburrida, tras varias ediciones de convivencia, probó con un antónimo, aunque, como era de esperar, su relación terminó por ser demasiado extrema, por no decir antagónica. Sólo entonces, la palabra, ya escarmentada, se decantó por un homónimo en busca de comprensión, pero volvió a caer en la rutina de los iguales, por lo que, con su trazo ya surcado de arrugas, aunque siempre obstinada en su voluntad, se buscó un parónimo* con quien reñir sus últimos días de vida, hasta que -es lo que tiene la evolución- fue extinguida del diccionario por quedar obsoleta. Toda su herencia, fruto de varios siglos de existencia, pasó irreversiblemente a su última pareja.
Peso: 140 palabras
(Según la Rae, se dice de cada uno de dos o más vocablos que tienen entre sí relación o semejanza, por su etimología o solamente por su forma o sonido)
Daniel Sánchez Bonet
(Busca la palabra:))
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