Hay corrupciones grandes, tramas de miles de millones; hay corrupciones famosas, hay corrupciones medianas y corrupciones pequeñas. Hay corrupciones llamativas y corruptelas que pasan sin pena ni gloria por los medios de comunicación porque ese día ha aparecido una corrupción grande que implica a un miembro de la familia real o a un ministro. Hay corrupciones que además de por dinero, que siempre es un elemento imprescindible, se dan también por clasismo. Porque la corrupción española se sustenta sobre esos dos pilares: afán de lucro personal y profundo desprecio por lo público, que aquí se identifica como cosa de pobres. Y ya sabemos lo que la derecha piensa de los pobres, que se jodan.
Beatriz Gimeno
No hay comentarios:
Publicar un comentario