García de Marina,
poeta de lo prosaico, es un gijonés que en el año 2010 triunfa en las redes sociales y se "convierte" en fotógrafo, cosechando éxitos y premios y presentando su trabajo en exposiciones varias. Peculiar historia la de este artista que emerge sufriendo, como dice, una
metamorfosis personal. Su obra es realista, creativa y crítica; representa y presenta el mundo a través de objetos cotidianos: una cáscara de huevo, un reloj, una cuchara, una cerilla...todo vale.
Su obra, enmarcada en la fotografía artística o conceptual, nos reivindica en última instancia otra realidad, la necesidad de reinventarnos en un contexto social complicado. Una obra que define como irreverente con la realidad, donde, sin retoque fotográfico, imprime nuevas identidades a los objetos cotidianos transformándolos antes de ser fotografiados.
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