La ciudadanía de una persona es la posibilidad que ésta tiene de controlar su destino dentro de una comunidad. En la pobreza extrema, la ciudadanía no es más que un espejismo. El ejercicio pleno de la ciudadanía es posible sólo para 105 individuos que disfrutan de cierta seguridad material y que tienen acceso a la educación y a la información. En la precariedad social, la ciudadanía se desbarata.
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