Los días sin amor se comen crudos
saben a prisa y fregaplatos
y en ocasiones,
hasta tienen una mosca flotando.
En cambio tú me olías a hogaza
de pan recién horneado y a noviembre.
A magro de sirena vuelta y vuelta.
Con su cebollita.
Con sus patatitas.
Con su hojita de laurel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario