en la frutería de siempre,
al caerse al suelo
una de mis nectarinas,
el frutero me ha dicho
“perdone caballero,
ahora se la cambio”,
pero me he negado,
no me parecía justo
cambiar una nectarina
por una caída,
una caída sola,
yo que he sufrido tantas...
Batania
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