sábado, 24 de septiembre de 2016

Badiou.

En un libro que se hizo famoso, ¿Qué representa el nombre de Sarkozy?, usted mantiene que "el amor debe ser reinventado pero también protegido, porque está amenazado por todas partes". ¿Quién lo amenaza?¿En qué sentido los antiguos matrimonios de conveniencia han adoptado hoy nuevas formas? Creo que una reciente publicidad de un lugar de encuentros por Internet le ha impresionado de forma especial...
Es cierto, París se cubrió de carteles del sitio de encuentros Meetic, cuyos titulares me han chocado profundamente. Puedo citar algunos eslóganes de esta campaña publicitaria. El primero dice -y se trata de una cita teatral manipulada-: "¡Tenga amor sin azar!", y hay otro: "¡Se puede estar enamorado sin caer enamorado!". Así que nada de caída, ¿no? Luego hay otro más: "Puede usted perfectamente estar enamorado sin sufrir por ello". Y todo eso gracias al sitio de encuentros Meetic… que le ofrece además -de hecho, la expresión me ha llamado la atención- un coaching amoroso. Usted podrá disponer de un entrenador que le preparará para enfrentarse a la prueba. 

Pienso que esta publicidad deriva de una consideración aseguradora del "amor". Es el amor asegurado a todo riesgo: usted se enamorará, pero' tendrá tan bien calculado el asunto y habrá seleccionado con antelación a su pareja tecleando en Internet -tendrá evidentemente su fotografía y conocerá al detalle sus gustos, su fecha de nacimiento, su signo del zodíaco…-, que al final de esta inmensa combinación podrá decirse: "¡Con todo esto, no habrá riesgo alguno!". Es una propaganda y me parece interesante que la publicidad se haga de esta manera; sin embargo, estoy convencido de que el amor -algo que gusta en general y que casi todos pensamos que da a la vida intensidad y significado- no puede ser considerado un don hecho a la existencia en régimen de ausencia total de riesgo. Eso me recuerda un poco a la propaganda que en un momento dado hizo el ejército americano de la guerra "con cero muertos".



Entrevista a Alain Badiou en El Cultural



No hay comentarios:

Publicar un comentario