Es cierto, París se cubrió de carteles del sitio de encuentros Meetic, cuyos titulares me han chocado profundamente. Puedo citar algunos eslóganes de esta campaña publicitaria. El primero dice -y se trata de una cita teatral manipulada-: "¡Tenga amor sin azar!", y hay otro: "¡Se puede estar enamorado sin caer enamorado!". Así que nada de caída, ¿no? Luego hay otro más: "Puede usted perfectamente estar enamorado sin sufrir por ello". Y todo eso gracias al sitio de encuentros Meetic… que le ofrece además -de hecho, la expresión me ha llamado la atención- un coaching amoroso. Usted podrá disponer de un entrenador que le preparará para enfrentarse a la prueba.
Pienso que esta publicidad deriva de una consideración aseguradora del "amor". Es el amor asegurado a todo riesgo: usted se enamorará, pero' tendrá tan bien calculado el asunto y habrá seleccionado con antelación a su pareja tecleando en Internet -tendrá evidentemente su fotografía y conocerá al detalle sus gustos, su fecha de nacimiento, su signo del zodíaco…-, que al final de esta inmensa combinación podrá decirse: "¡Con todo esto, no habrá riesgo alguno!". Es una propaganda y me parece interesante que la publicidad se haga de esta manera; sin embargo, estoy convencido de que el amor -algo que gusta en general y que casi todos pensamos que da a la vida intensidad y significado- no puede ser considerado un don hecho a la existencia en régimen de ausencia total de riesgo. Eso me recuerda un poco a la propaganda que en un momento dado hizo el ejército americano de la guerra "con cero muertos".
Entrevista a Alain Badiou en El Cultural
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