jueves, 19 de marzo de 2015

La lluvia a mano.




No sé por qué pero querría
mencionar las posibilidades de la lluvia,
su modo de golpear sobre los tachos,
su forma de colarse en los zapatos,
de rodar sobre el vidrio, meterse en el poema
precisamente ahora
que ahora está lloviendo en esta página
y llueve, como dijo Tuñón, con todos los tambores de la lluvia.
¿Después? Después no sé,
pero ahora llueve
y quiero dejarlo aquí anotado por si alguien necesita
la lluvia como yo.



Jorge Fondebrider






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