sábado, 31 de enero de 2015

Hipótesis científica.


Nada dice acerca del amor
la hipótesis biológica
de que se trata de una reacción química.

No tengo ningún inconveniente en admitir
que te aman mis jugos interiores
que tu ausencia me intoxica la sangre de negra bilis
que al contemplarte
sube la tasa de mi monóxido de carbono
y los linfocitos se reproducen alocadamente.

Si me pongo lírica
y se me traba la lengua
¿cómo no reconocer que alteras mi metabolismo basal
y entorpeces mis digestiones?

Mis narinas tiemblan
aumenta la presión de la sangre
enrojezco y me altero
o sudo y palidezco.

Mi amor es gutural e instintivo
como el celo de los animales.
Cualquier metáfora que erija
como un vestido sobre la epidermis
será artificio.

Y sin embargo,
cuando te hablo,
evoco leyendas antiguas:
Tristán, Iseo, la cruel Turandot,
Dido, la enamorada, y la indiferente Helena
se amontonan en mi boca,
viajan,
en ríos blancos de saliva.

Hipótesis científica
o cultura,
lo mismo da:
mis vísceras no distinguen,
aman, sin preguntarse qué es el amor.

Cristina Peri Rossi




viernes, 30 de enero de 2015

Casi.

Casi se atreve. Casi salta de la cama, se sacude las inseguridades y se planta allí, delante de la profesora, de su jefe, de aquel amigo olvidado, de esa chica que le roba los insomnios. Casi se pone firme y pide una revisión del examen, un ascenso, una oportunidad. Después de tantos años tuvo el teléfono en la mano y casi marcó su número. Casi le mira a los ojos, le tiende la mano y pide perdón. Casi va por sorpresa a su oficina, le besa en los labios y se fugan con lo puesto.

Casi da el paso. Casi pronuncia las palabras que separan el pasado de una vida por estrenar. Casi lo deja. El trabajo, el hastío, la rutina. Casi se baja de la rueda del hámster. Casi da un portazo sin volver la vista atrás. Casi se escapa del purgatorio. Casi se libera de esa mochila tan pesada. Casi se moja. Casi pide la palabra, levanta la mano, protesta, se hace escuchar. Casi les planta cara. Casi despierta y grita, ¡basta!

Le faltó un empujón, un chispazo. Casi se arriesga. Casi se embarca en un negocio, en aquel proyecto, en una locura, en el siguiente vuelo. Casi cambia de vida, de profesión, de ciudad, de aires. Casi se lanza. Casi comienza a ordenar sus sueños en un papel. Casi envía el curriculum. Casi comienza la dieta, el libro, el jersey de punto, el curso de guitarra, las clases de inglés. Casi se levanta del sillón.

Estuvo a punto. Tan cerca que lo tocó con los dedos. Lo recuerda tan bien que prefiere pensar que, en realidad, ocurrió.
Guille Viglione
El diario vasco el Domingo, 23 de noviembre de 2014.



jueves, 29 de enero de 2015

Harto.


''Recomendamos por su seguridad mantenga el cinturón de abrochado en todo momento''.

 

Estoy harto de las voces metálicas enlatadas que salen de los sucios altavoces. 

Estoy harto de que me recomienden, de los cinturones y de la seguridad. 

Estoy harto de las normas, también de las que son absurdas y sobre todo de las innecesarias.
 
Pero estoy especialmente harto de la letra pequeña; de los que van por la espalda, que te ofrecen paraísos terrenales en islas desiertas y luego las llenan de víboras para que coman tu cuenta corriente, por cierto, también estoy harto de las cuentas corrientes, de lo corriente, en general.
 

Harto del conformismo, del ''saber estar y comportarse'', del ''estudia si quieres ser alguien'' del ''niño, deja ya de joder con la pelota''. A ver cuando nos enteramos de que joder es necesario para salvaguardar la especie.
 
Harto del neoliberalismo, del abuso de autoridad, de las prisas, harto de los competentes y las competiciones, de la comida basura, de la ropa de marca y los televisores de plasma, del toque de queda.
 
Harto del modernismo, de los clichés y las modas, de los clones, de la burocracia y los tecnócratas. 

Harto de la justicia robada, de las verdades compradas, de los informativos, de los debates de la televisión, de los partidos de la televisión, de las series de televisión, de la televisión. 



Hasta los huevos de los plenos del congreso y del congreso, de los congresistas y de alimentar con mi sudor a toda su familia.
 

Hasta los ovarios de este machismo de base, del pánico a las mujeres libres y de los que juegan a privatizar sus úteros. 

Harto de no beber en los parques, de no fumar en los bares y de quitarle el mono a policias drogadictos con mis canutos y aguantar su prepotencia. De la prepotencia y de la falta de todo: de amor, de besos, abrazos, arañazos, sonrisas, miradas complacientes, miradas sexuales, miradas furtivas, miradas, de comunicación, de sexo, de sentido común, de sentido, de paz. 



Harto de la apariencia, de la gente que 'va de' y no es absolutamente nada. De los medios de informarción, de las radio-fórmulas. Harto de acumular y acumular, de comprar y comprar, de gastar y tirar.
 

Harto del ''acuéstate temprano'', ''no fumes'', ''no te drogues'', ''come a tu hora'', ''portate bien'', ''cuidate''... Que no me cuido, joder, que no quiero vivir hasta los ochenta para jubilarme a los sesentaysiete , que muy bien lo tenéis que pasar en el asilo los que os torturáis cuidadosamente de críos.

 

Harto de la seriedad, de la puntualidad, del tiempo, los relojes, los horarios, las horas y todo lo que coarta mi libertad de decidir qué y cómo en cada momento. Harto del amor cursi, de casarse (porque sí), del amor insano, de tener hijos (porque así ha de ser). Harto de la unilateralidad del amor y de su lucha de egos, harto del amor que te venden en las marquesinas y cumplís a raja-tabla. 

Harto del s.XXI y de las luces, de las casas que joden las primeras líneas de playa, de los eufemismos y de los que siempre quieren quedar bien (por encima de todo). 
Harto del miedo que nos infunden y no nos deja follar tranquilos.
 

Harto del Rey, de la reina, del principe, de las infantas, de sus primos, sus cuñados, sus tíos, sus yernos, sus abuelos y todos sus muertos. De la realeza y de los vagos que viven a costa del resto.
 
De la heteronomía hasta los treinta, de los colegios de curas, de los curas y sus curas. De las multinacionales, de los monopolios, de los empresarios, de las empresas. 
Harto de la jerarquía, de la oligarquía. 

Harto de la democracia.
 

Harto del ''tú no debes'' mucho más del ''tú no puedes''.
 
Harto de los genocidios que permite dios y que avalan las superpotencias, harto de las superpotencias.
 
Harto de la falta de solidaridad, de la escasez de altruísmo.
 
Harto de no poder sonréir a la gente cuando paseo porque o están mirando a su smartphone o se van a sentir agredidos.
 

Harto de que le hayamos robado la plenitud a la vida. 

Harto de ser cómplice de todo esto.
 
Harto de no saber cambiar nada sin el resto. 

Harto de estar harto.
 


Harto.



Fotografía: Serkant Hekimci



miércoles, 28 de enero de 2015

Sin ellas; sin nosotras.

Duele que nos hayamos alegrado tanto, que hayamos vibrado con la victoria de Syriza, para ahora darnos cuenta de que quizá esa victoria no sea tan nuestra como pensábamos. Porque ya sabíamos que el gobierno griego no iba a ser paritario.

Un gobierno sin mujeres ya no es de recibo. Un gobierno 100% hombres a estas alturas llama demasiado la atención, nace viejo, chirría, suenan las alarmas, huele mal, se ve mal, y no dice mucho de la capacidad de Alexis Tsipras para cambiar las cosas radicalmente. Muchos hombres, muchos compañeros de lucha, siguen sin entenderlo del todo.


Beatriz Gimeno 




¡La Revolución será feminista o no será!



Sin mujeres, el Gobierno de Syriza ya ha nacido viejo

martes, 27 de enero de 2015

Luchas y pegatinas.

Hay cosas que no cambian: pegatinas de la Transición que nos demuestran que seguimos luchando por lo mismo.











Fuente: Strambotic

lunes, 26 de enero de 2015

Paciencia.

"Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme. Ya no dedico un minuto a quien miente o quiere manipular. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. No me ajusto más con la barriada o el chusmerío. No soporto conflictos y comparaciones. Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia

(Meryl Streep)



Fotografía: Francesca Jane

domingo, 25 de enero de 2015

La vida en miniatura.

La vida en miniatura de Derrick Lin






sábado, 24 de enero de 2015

Interdependencia.

Vivimos en profundas redes de interdependencia radical que la ideología del individualismo niega. Hay que pensar la interdependencia como una condición humana pero también como condición de todos los seres sintientes. Esto nos brinda una nueva perspectiva política menos centrada en cuestiones de territorio y de soberanía que en el reconocimiento de la dependencia mutua. El cuerpo es un buen punto de partida, porque como cuerpos somos vulnerables y dependientes. Ésta es nuestra condición. Incluso diría que si, como cuerpos, quedamos completamente aislados, no sobrevivimos ni como niños, obviamente, ni como adultos.

Judith Butler

viernes, 23 de enero de 2015

10000km.

En cualquier esquina me encuentro alguna mierda que me recuerda a ti.





Alex y Sergi, una sólida pareja de Barcelona, acaricia la idea de tener un hijo, pero, inesperadamente, Alex consigue una beca de un año en Los Ángeles, lo que supondría un año de relación a 10.000 Km de distancia. 

(FILMAFFINITY)







“Esta película también quiere investigar cómo esa tecnología que nos permite una comunicación instantánea con cualquier parte del mundo, implica el nacimiento de una nueva forma de relacionarse. Por primera vez las mismas herramientas básicas del cine, la cámara y la pantalla (cámara web y pantalla del ordenador) posibilitan no sólo una forma de retratar el mundo, sino una forma de comunicarnos entre nosotros. El cine se instala entre nosotros. El fuera de campo y la puesta en escena dejan el campo de la teoría de la imagen para transformarse en elementos de la vida cotidiana: ¿qué pasa más allá de los límites de la pantalla? ¿Cómo me presento a mí mismo para que el otro vea lo que yo quiero de mí? Lo que parecía la herramienta perfecta para la comunicación, revela sus demonios: no es lo mismo estar delante de alguien que estar delante de la imagen de alguien. Aún hoy el amor habla con el idioma de los dos sentidos más ignorados: el olfato y el tacto. Bajo el reinado de Internet, el amor de Sergi y Alex está obligado a mantenerse en silencio”.

Su director,Marqués-Marcet

jueves, 22 de enero de 2015

Aceptó.


EL PARADO CON HIJOS

   Le dijeron: «Solo te ofrecemos trabajo si te cortamos la mano».
   Llevaba mucho tiempo en el paro, tenía hijos, aceptó.
   Más tarde, lo despidieron y volvió a buscar trabajo.
   Le dijeron: «Solo te ofrecemos trabajo si te cortamos la mano que te queda».
   Llevaba mucho tiempo en el paro, tenía hijos, aceptó.
   Más tarde, lo despidieron y volvió a buscar trabajo.
   Le dijeron: «Solo te ofrecemos trabajo si te cortamos la cabeza».
   Llevaba mucho tiempo en el paro, tenía hijos, aceptó.


Gonçalo M. Tavares




miércoles, 21 de enero de 2015

El Estafador.

Desde hace tiempo soy fiel a las publicaciones de "El Estafador", blog de humor para tiempos de crisis dirigida por el ilustrador Javier Royo...¡geniales!.










Todos los días te engañan constantemente con noticias amañanadas según intereses que desconoces.
Desde los políticos hasta el mismísimo hombre del tiempo te timan y tú sigues ahí, contento, informado e incluso tertuliano, cuando te tomas ese café a mitad de mañana con tus compañeros de curro.
Nosotros también te queremos estafar con la información. Pero al menos somos claros desde el principio. Estafamos, sí, pero con gracia.


martes, 20 de enero de 2015

Amor y geometría.


Buscarte es una elipse.

Soñarte es una curva.

Descifrarte es una pirámide.

Alcanzarte es una hipérbola.

Tenerte es un cuadrilátero.

Amarte es un círculo.

Perderte de nuevo

es una mera parábola

para volver a buscarte.



Alfonso Brezmes


lunes, 19 de enero de 2015

Cine de domingo.


Pasar la tarde con Paddington es un plan perfecto para un domingo lluvioso. Divertida, sencilla y tierna; así definiría la historia y aventura de este oso en Londres.




Paddington es un oso que ha crecido en lo más profundo de la selva peruana con su tía Lucy, que le ha inculcado el deseo de vivir en Londres. Cuando un terremoto destruye su hogar, Lucy esconde a su sobrino en un barco con destino a Inglaterra para que encuentre una vida mejor. Cuando el osito llega a la estación londinense de Paddington, se da cuenta de que nada tiene que ver con lo que se había imaginado, hasta que conoce a los Brown, una bondadosa familia británica que lo acoge en su casa. Sin embargo, poco después, una siniestra y atractiva taxidermista se fija en él, lo que supone una seria amenaza para su vida. 

(FILMAFFINITY)







domingo, 18 de enero de 2015

La ciudad.




La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña que no soy ni seré tu mejor amante.
La ciudad parece un mundo cuando se ama a un habitante
y hoy la ciudad nos enseña que no somos ni seremos nunca los de antes.






Pintura: JB Durao. Lisboa




sábado, 17 de enero de 2015

El indiferente.




Ese que mira para otro lado

o

que aunque esté en el epicentro de la catástrofe

afirma no ver nada

ese

que se encoje de hombros

y silba

ese que

no siente

más que sus intestinos

ese

que dice ser apolítico

no meterse en líos

no buscar problemas

ese

el indiferente

ni

siquiera temblará

la

madrugada

en

que

llamen a su puerta

y

por supuesto

no

será

el lechero

quién vaya a por él.


Felipe Zapico Alonso




viernes, 16 de enero de 2015

Hogueras.

El calor barato sale caro: fíjense en la gente que utiliza braseros de carbón o leña para templar la casa (el vatio, a la altura del caviar) provocando sin querer incendios en los que muere por asfixia o abrasada. Cada dos por tres, salta esta noticia en el telediario. Se pregunta uno en su ignorancia si no sería más lógico que la electricidad estuviera nacionalizada, de forma que la gestionara y distribuyera con sentido común el Estado. Viene todo esto a cuento de que España empieza a sufrir síntomas de congelación y gangrena, ya que en multitud de hogares no se enciende la calefacción porque no se puede hacer frente al recibo. Sin embargo, los consejeros de las eléctricas ganan cantidades astronómicas y en algunos casos son expolíticos a los que la empresa correspondiente está devolviendo un favor (a veces, el de haberla privatizado).




Cuando se habla de nacionalizar una empresa eléctrica, parece que se está atentando contra el sistema, pero hay países en los que la economía crece sin necesidad de que el mercado detente el monopolio de los servicios de primera necesidad. La electricidad es uno de ellos, lo mismo que el agua o el gas. El atentado contra el sistema es que alguien tenga que organizar una hoguera en el cuarto de estar para no morirse de frío. Cuando decimos “alguien” queremos decir individuos de mediana edad, pero también bebés, adolescentes o personas entradas en años. “Alguien”, en realidad, no es nadie. Vale más imaginarse a un viejo tiritando bajo varias capas de mantas, a una adolescente intentando hacer los deberes del cole con los dedos morados, o a un recién nacido con bronquitis. Todo ese síndrome es el efecto más visible de las privatizaciones salvajes que aquí se han llevado a cabo.

Juan José Millás; El País.