"Estamos constantemente transformando los hechos, rescribiendo nuestro pasado para facilitarnos las cosas, para que encajen en nuestra versión preferida de los acontecimientos. Lo hacemos de forma automática. Nos inventamos recuerdos sin pensarlo siquiera. Si nos decimos suficientes veces que algo sucedió, acabamos creyéndolo y al final hasta podemos recordarlo"
Se deja leer, engancha, entretiene y es por ello otra de esas novelas perfectas para la playa. ¿Algún pero? lo similar que es a todas las historias del estilo que han proliferado ultimamente...
La habitación me resulta extraña. Desconocida. No sé dónde estoy ni cómo he llegado hasta aquí. No sé cómo voy a volver a casa...
Christine sufre las secuelas de un terrible accidente: solo logra retener recuerdos durante un día. Vive atrapada en una existencia en la que se despierta cada mañana creyendo que es joven y con el futuro por delante, para descubrir después que es una mujer de cincuenta años, casada y con una vida más que hecha.
Este es el angustioso mapa de los intentos de Christine por lograr que todo lo que la rodea cobre sentido. Cada día aprende que ha estado viendo a un psicólogo que está ayudándola a recuperar la memoria y que, siguiendo sus sugerencias, ha estado escribiendo un diario para documentar sus recuerdos. Pero poco a poco va dándose cuenta de que algo en la imagen que va formando de su vida no termina de cuadrar, hay algo que no encaja en el rompecabezas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario