"Las mujeres que sí gozan de derechos y libertades
también se ven atrapadas en sus relaciones sentimentales. Mujeres pobres y
analfabetas, mujeres ricas y cultivadas: la dependencia emocional femenina no
distingue entre clases sociales, etnias, religiones, edad u orientación sexual.
Son muchas en todo el planeta las mujeres que se someten a la tiranía del
“aguante por amor”. El amor romántico es, en este sentido, una herramienta de
control social, y también un anestesiante. Nos lo venden como una utopía alcanzable
que solo sirve para sostener la desigualdad y perpetuar las relaciones de
poder".
"Un hombre debía ser alguien indómito e indomable que no acepta ser dominado por nadie, ni siquiera por sus amigos, su mujer o sus padres, y que sólo debe hacer su propia voluntad, por irresponsable, arbitraria o irracional que resulte. (...) Cada varoncito aprende de su mamá a quererlo todo y ahora. Y ese delirio de omnipotencia no se da nunca por satisfecho."
Enrique Gil Calvo
“El varón normal aguanta al patrono, a las instituciones de la clase dominante, e incluso a veces a su resentida mujer, no es el tipo rebelde que presume ser. La familia es a menudo la única guerra del varón. (...) Cuando un varón no puede presumir de rico, ni de inteligente, ni de simpático, ni de guapo, presume de varón. Una función parecida a la de los clubes de fútbol prestigiosos: ser del Real Madrid le compensa a uno de no ser nada en particular”.
Josep Vicent Maques
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