Se vive tan tranquilo en la ignorancia,
hospitalaria tierra
de corazón abierto para todos.
* * *
En la ignorancia no entran moscas,
ni sonidos molestos
(un ruido suena bien en la ignorancia).
No hace frío jamás en la ignorancia
y si el calor acecha
la ignorancia en su sombra te cobija.
Se come bien en la ignorancia:
sus bocados
alimentan más que pan y leche.
No hay sobresaltos nunca en la ignorancia,
ni inquietudes, ni dudas
(uno puede dormirse
en la ignorancia todo el tiempo).
Una fiesta perpetua es la ignorancia:
llanto allí
es palabra innombrable, de otro idioma
(en la ignorancia no entran lágrimas).
* * *
¡Ah, la ignorancia!...
Qué feliz era yo
cuando habitaba en ella.
Milenia Rodríguez
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