El tiempo no es en absoluto precioso, porque es una ilusión. Lo que usted percibe como precioso no es el tiempo sino el único punto que está fuera del tiempo: el ahora. Este es ciertamente precioso. Cuanto más se enfoque en el tiempo pasado y futuro- más pierde el ahora, lo más precioso que hay.
jueves, 30 de noviembre de 2017
miércoles, 29 de noviembre de 2017
martes, 28 de noviembre de 2017
lunes, 27 de noviembre de 2017
domingo, 26 de noviembre de 2017
sábado, 25 de noviembre de 2017
25N.
El 25 de noviembre de 1960 Trujillo mandó asesinar a las hermanas Mirabal. En 1999, la ONU se sumó a la jornada reivindicativa y declaró cada 25 de noviembre Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
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En un mundo paralelo, cuando me preguntan qué espero de la vida, respondo que una casa en las montañas. De tamaño promedio, fachada rústica, con chimenea y libros por doquier.
También respondo que espero habitarla con alguien. Bajar al mercadito, disfrutar del olor que expide el pan caliente y aprender a hacer el desayuno. Escuchar las historias que cuentan los abuelos. Trabajar duro pero sin consumirme. Escribir, pintar con acuarelas, hacer el amor a las seis de la tarde. Compartir las cervezas (y también el silencio mientras cada quien se dedica a lo suyo).
Vivir al compas de “ So Long, Marianne…. .Esa vieja canción de los años sesenta. Sin embargo, en esta realidad, cuando me preguntan qué espero de la vida, lo único que pienso es “yo solamente espero que no me la arrebaten"…
Estefania Mitre
viernes, 24 de noviembre de 2017
Castañeda.
A mí la sonrisa que me conquistó no fue una que vi, fue una que me provocaron…
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Lo único que le pido al futuro es que algún día sea un pasado del que sentirse orgulloso.
jueves, 23 de noviembre de 2017
Se acostumbran.
La gente se acostumbra a levantarse por la mañana sobresaltado porque es la hora.
A tomar el café corriendo porque va atrasado.
A leer la prensa en el autobús porque no puede perder el tiempo del viaje.
A comer un sandwich porque no hay tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es de noche.
A dormitar en el autobús porque está cansado.
A acostarse temprano y dormir profundo sin haber disfrutado el día.
A tomar el café corriendo porque va atrasado.
A leer la prensa en el autobús porque no puede perder el tiempo del viaje.
A comer un sandwich porque no hay tiempo para almorzar.
A salir del trabajo porque ya es de noche.
A dormitar en el autobús porque está cansado.
A acostarse temprano y dormir profundo sin haber disfrutado el día.
La gente se acostumbra a abrir el periódico y a leer sobre la guerra.
Y aceptando la guerra, acepta los muertos y que haya una cifra de muertos.
Y aceptando la cifra acepta no creer en las negociaciones de paz,
acepta leer todo el día sobre guerra, sobre cifras, sobre su larga duración.
Y aceptando la guerra, acepta los muertos y que haya una cifra de muertos.
Y aceptando la cifra acepta no creer en las negociaciones de paz,
acepta leer todo el día sobre guerra, sobre cifras, sobre su larga duración.
La gente se acostumbra a esperar el día entero y escuchar al teléfono: hoy no puedo ir.
A sonreír a la gente sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorado cuando necesitaba tanto ser visto.
La gente se acostumbra a pagar por todo lo que desea y necesita.
A luchar para ganar el dinero con qué pagar.
A sonreír a la gente sin recibir una sonrisa de vuelta.
A ser ignorado cuando necesitaba tanto ser visto.
La gente se acostumbra a pagar por todo lo que desea y necesita.
A luchar para ganar el dinero con qué pagar.
Y a ganar menos de lo que necesita.
Y a hacer colas para pagar.
Y a pagar más de lo que las cosas valen.
Y a saber que cada vez pagará más.
Y a buscar más trabajo, para ganar más dinero, para tener con qué pagar en las colas en las que se cobra.
Y a hacer colas para pagar.
Y a pagar más de lo que las cosas valen.
Y a saber que cada vez pagará más.
Y a buscar más trabajo, para ganar más dinero, para tener con qué pagar en las colas en las que se cobra.
La gente se acostumbra a andar por la calle y ver carteles.
A abrir las revistas y ver anuncios.
A encender al televisión y ver publicidad.
A ir al cine y engullir anuncios.
A ser instigado, conducido, desnortado, lanzado a la infinita catarata de productos.
La gente se acostumbra a la polución.
A abrir las revistas y ver anuncios.
A encender al televisión y ver publicidad.
A ir al cine y engullir anuncios.
A ser instigado, conducido, desnortado, lanzado a la infinita catarata de productos.
La gente se acostumbra a la polución.
....
Se acostumbra a no oír los pájaros, ni el gallo de madrugada, a temer la hidrofobia de los perros,
a no coger la fruta a pie del árbol, a no tener ni siquiera una planta.
La gente se acostumbra a demasiadas cosas para no sufrir.
a no coger la fruta a pie del árbol, a no tener ni siquiera una planta.
La gente se acostumbra a demasiadas cosas para no sufrir.
...
Si el trabajo es duro la gente se consuela pensando en el fin de semana.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer la gente se acuesta temprano
y aún queda satisfecho porque siempre tiene sueño atrasado.
Y si el fin de semana no hay mucho que hacer la gente se acuesta temprano
y aún queda satisfecho porque siempre tiene sueño atrasado.
La gente se acostumbra para no rallarse en la aspereza, para preservar la piel.
Se acostumbra para evitar heridas, sangrados, para esquivarse
de la faca, de la bayoneta, para proteger el pecho.
La gente se acostumbra para proteger la vida que poco a poco se gasta y, que
de tanto acostumbrarse, se pierde de sí misma.
Se acostumbra para evitar heridas, sangrados, para esquivarse
de la faca, de la bayoneta, para proteger el pecho.
La gente se acostumbra para proteger la vida que poco a poco se gasta y, que
de tanto acostumbrarse, se pierde de sí misma.
Marina Colasanti
miércoles, 22 de noviembre de 2017
martes, 21 de noviembre de 2017
Diosas y princesas.
Si algún día vienes a mi vida,
tendré que explicarte que eres una diosa.
Que nadie tiene derecho a olvidarlo,
que nadie tiene permiso
para tratarte como otra cosa.
Te enseñarán a leer, a escribir.
Aprenderás a contar, a manejar los cubiertos,
a vestirte, a caminar,
pero todo deberás hacerlo
sin olvidar que eres una diosa única,
irrepetible, valiosa
y que sólo saber eso te hace libre.
No necesitas sino de ti, para aprenderlo,
pero yo te lo repetiré cada noche
para que no lo olvides,
porque quizás un día
un príncipe azul te quiera para él
y entonces tendrás que saber
que los príncipes azules no existen
y que las diosas no tienen dueño.
Begoña Abad.
tendré que explicarte que eres una diosa.
Que nadie tiene derecho a olvidarlo,
que nadie tiene permiso
para tratarte como otra cosa.
Te enseñarán a leer, a escribir.
Aprenderás a contar, a manejar los cubiertos,
a vestirte, a caminar,
pero todo deberás hacerlo
sin olvidar que eres una diosa única,
irrepetible, valiosa
y que sólo saber eso te hace libre.
No necesitas sino de ti, para aprenderlo,
pero yo te lo repetiré cada noche
para que no lo olvides,
porque quizás un día
un príncipe azul te quiera para él
y entonces tendrás que saber
que los príncipes azules no existen
y que las diosas no tienen dueño.
Begoña Abad.
lunes, 20 de noviembre de 2017
Deseos para el nuevo año.
Que nos traigan todos los amores
los perdidos y los que abandonamos.
Los amores malditos y fugaces,
los eternos que duraron un abrazo.
Que nos traigan los besos que no dimos,
y el vino que dejamos en el vaso,
La soledad de tantas Noches Viejas
y el beso de tu boca. Y los pecados
que vienen con tu cuerpo. La palabra,
los mordiscos que dejaste entre mis labios.
Que me traigan tu voz y que se lleven
el dolor de no estar a tu costado.
viernes, 17 de noviembre de 2017
jueves, 16 de noviembre de 2017
Los espejos.
No los domésticos,
estratégicamente dispuestos
para que te digan siempre
lo que quieres oír,
estratégicamente dispuestos
para que te digan siempre
lo que quieres oír,
sino los otros,
los que no tienen dueño,
los de los bares,
los de los comercios,
los de los vestíbulos del hotel,
los que no tienen dueño,
los de los bares,
los de los comercios,
los de los vestíbulos del hotel,
esos son los que te dicen la verdad:
que no eres nada, nadie,
en realidad,
sólo uno más
que pasaba por allí.
que no eres nada, nadie,
en realidad,
sólo uno más
que pasaba por allí.
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Karmelo C. Iribarren
miércoles, 15 de noviembre de 2017
La vida.
Al final, más que el hecho
de que alguien no nos quiera,
lo que nos jode la vida
es no aprender a querernos
a nosotros mismos.
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La vida no es tan larga, ni dura tanto, como para estar perdiendo el tiempo esperando trenes que ya han pasado. De que hay que sonreírle a los amaneceres, independientemente de que llueva e independientemente de que compartamos cama con la soledad. Que las cosas llegan cuando menos las esperas, y que si siempre las estás esperando, sólo tardan en llegar un poquito más. Pero llegan, tarde o temprano.
Sergio Carrión
martes, 14 de noviembre de 2017
lunes, 13 de noviembre de 2017
domingo, 12 de noviembre de 2017
sábado, 11 de noviembre de 2017
"O como se diga".
A estas alturas (harturas) del año, con el cansancio por las nubes y el ánimo por los suelos, con la mala leche a punto de nieve y la nata con galletas, lo mejor que podemos hacer es abrir una maleta, meternos dentro y dejarnos llevar. Sacar del armario los sueños del verano (la ropa aún sigue fuera) y guardar en la cómoda la incómoda memoria astillada. Comprar un billete de ida, sin pensar en el de vuelta y hacernos amigos de lo inolvidable y, por defecto, de lo inoxidable. Disfrutemos de lo bueno conocido por si nos endosan un día lo malo por conocer.
Llena tu vacío de caricias por probar, de luces por encender, de aire que ventilar, de sueños por arreglar, de vida por vivir, de ideas por tener … llena tu vacío de esas pequeñas cosas que a veces se asoman al balcón de la punta de la lengua y que nunca recordamos que están ahí, y que sienten el vértigo de la memoria y no les dejamos dar un salto al presente.
Fabriquemos tiempo, que es lo único que no se acaba nunca, que no cierra ni por vocaciones ni por derribo, que está ahí aunque no lo veamos o sepamos ver.
Saquemos la piel al sol en cuanto cante el rayo. Sequemos la mente al aire en cuanto calle el trueno. Hagamos algo por nuestro bien, por una vez, en defensa propia, en propia puerta, como un gol que te metes con gusto, que los autogoles pican menos que la sarna.
Y, si fuera posible, vamos a ponernos manos a la obra e intentar joder menos y follar más (o como se diga).
J.Ruiz Taboada
viernes, 10 de noviembre de 2017
jueves, 9 de noviembre de 2017
Pessoa y el amor.
El amor, cuando se manifiesta, no sabe manifestarse.
Sabe mirarla
pero no sabe hablarle.
Cuando se quiere decir lo que se siente
no se sabe qué decir.
Si se habla, parece que se miente,
si se calla, parece que se olvida...
Sabe mirarla
pero no sabe hablarle.
Cuando se quiere decir lo que se siente
no se sabe qué decir.
Si se habla, parece que se miente,
si se calla, parece que se olvida...
miércoles, 8 de noviembre de 2017
El miedo.
El miedo a los seis años
era un cuarto lejano,
un recinto sellado y tenebrista
con prestigio de infierno
y un viejo sin edad
que dormitaba junto a un perro agónico
bajo los soportales;
a los doce su miedo
habitaba en los libros,
igual que fotogramas de holocaustos.
El miedo en la veintena
fue aquel tiempo confuso
de amarse bajo el cielo,
ese rumor de trenes que enlazaba
la ausencia y el deseo;
a los cuarenta y ocho fue su miedo
un espacio interior, claudicaciones…
era un cuarto lejano,
un recinto sellado y tenebrista
con prestigio de infierno
y un viejo sin edad
que dormitaba junto a un perro agónico
bajo los soportales;
a los doce su miedo
habitaba en los libros,
igual que fotogramas de holocaustos.
El miedo en la veintena
fue aquel tiempo confuso
de amarse bajo el cielo,
ese rumor de trenes que enlazaba
la ausencia y el deseo;
a los cuarenta y ocho fue su miedo
un espacio interior, claudicaciones…
martes, 7 de noviembre de 2017
Amor.
He amado tus pecas, tus ojos y ojeras. He amado la forma que tienes de irte y de mirarme como si me matases antes de cerrar la puerta. He bailado contigo, he llovido a tu lado. Me he acostumbrado a que nunca me acostumbres del todo, por ser cada día como distinta, sin ser otra. Te he echo el amor en cada estación del año. Cuando sonríes, yo me pellizco en secreto para ver si estoy en algún sueño. Y al final he entendido que no hay suficiente poesía en el mundo para hablar de ti. Que tu formas parte de un instante que a penas dura un segundo, que ocurre constantemente.Eres inexplicable, como casi todo lo que nos hace felices. Vas, vienes. Te paras, ries. Me pides un beso, lloras. Tapas tu cabeza con las sábanas cuando duermes. Te abrazo por la espalda y te apartas el pelo. Me coges la mano y me aprietas con fuerza. Alguna vez me dijiste "los finales felices solo son para aquellas personas tan tristes que son incapaces de disfrutar de la historia, porque lo importante es el camino; las vistas, el cielo azul, las nubes y el olor de la calle después de una tormenta. Tu espalda, tus rodillas y tu barbilla. Tus ojos marrones como las hojas que se secan en otoño. Tus besos con lengua. Tus besos, tu lengua." Cuando a veces estas triste y agachas la cabeza y entonces me agacho y te digo que estoy ahí, contigo. Que estoy en cualquier parte, a tu lado. Estamos en esta mierda juntos. Y luego levantas la mirada y al verme te brilla. Y te juro. Te prometo, que lo bonito del amor no es amar las cicatrices del otro, sino que la otra persona te ayude a amar las tuyas.
lunes, 6 de noviembre de 2017
domingo, 5 de noviembre de 2017
Lluvia.
Dos cosas más aprendimos en la lluvia: cualquier sed tiene derecho cuando menos a una naranja grande y toda tristeza a una mañana de circo, para que la vida sea, alguna vez, como una flor o una canción.
Mario Payeras
sábado, 4 de noviembre de 2017
Equipaje.
Para mí, lo más importante del viaje, es decidir qué debo llevar en mi maleta. Ni el itinerario ni la compra de boletos ni los trámites, ni lo que debo dejar preparado en casa o en la oficina me hace pensar tanto como el equipaje.
Tomemos por ejemplo el viaje de la vida... Tiene tantas etapas, tantos cambios de itinerario... Nos enfrentamos a mil cimas diferentes... Si nos empeñáramos en llevar todo, seguramente el peso no nos dejaría movernos.
Es por eso que en el viaje de la vida, el peso debe ser ligero... Debes, sí, empacar los recuerdos felices. Te serán muy útiles en los trayectos fríos. Los amargos, déjalos. No sirven de nada. Imposible viajar con rencores. Ocupan demasiado espacio en la maleta. Si piensas remontar a las alturas, elimina también de tu equipaje el miedo y la indecisión.
En tu botiquín de viaje incluye todo el amor que puedas, así como la amistad y sonrisas que vayas encontrando en el camino. Serán el mejor bálsamo para heridas futuras
.
Aunque el pesimismo puede resultar útil en algunas etapas, no lo lleves si no estás seguro de poder manejarlo. Eso sí, llena todos los huecos que queden en la maleta con optimismo, y no olvides llevar tus lentes... esos que te permiten ver la vida de colores.
Jorge R.
viernes, 3 de noviembre de 2017
Me comprometo.
«Yo me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contrariada. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme: ni la pena ni el éxtasis para que cuando sea viejo tenga como deleite la detallada historia de mis días».
Ángeles Mastretta
jueves, 2 de noviembre de 2017
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