Mi iglesia (En el nombre del padre, de la madre y del plato que tengo en la mesa)
Padre mío, que trabajas horas y horas
para que no nos falte de nada,
santificado seas, hombre enfermo de amor,
señor del reino de los humildes,
haz tuya la voluntad con esas manos
víctimas de sabañones, quemaduras y cortes,
perdona a Dios por ser tan blasfemo
y a los desgraciados que no merecen
ni unas miserables migajas de compasión,
no me dejes sola en este agrietado camino,
cercado con alambres de espinos,
y libérame de la “poesía” de profetas impostores,
amén.
Ana Patricia Moya
Me gusta tu iglesia y lo que en ella dices. Saludos.
ResponderEliminarEs la "buena" iglesia...en esa si creo.
Eliminarun abrazo.
Qué maravilloso rincón el tuyo, Cande
ResponderEliminarNo sé si lo digo todo lo que debería :)
Basta con saber que resulta acogedor:)
Eliminarun abrazo fuerte.