Una de las tradiciones árabes más placenteras se está imponiendo en nuestro país.
El hammam o baño árabe público no cubre sólo funciones de descanso e higiene, sino
que también es un lugar de reunión social y política.
Las calles de la Córdoba musulmana albergaban más de 600 en su época de mayor
esplendor. Algunas ciudades españolas como Madrid, Córdoba o Granada cuentan y
a con un hammam dentro de su casco urbano. Herederos de las termas romanas, estos
establecimientos disponen de piscinas de agua fría, templada y caliente, además de una
sala de vapor, o baño turco, y otra de masaje con aceites aromáticos. Conviene
comenzar por la templada, seguir por la caliente y finalizar con un chapuzón en la
pileta fría. El ambiente es silencioso y sólo se oye de fondo una música relajante, lo
que permite recuperar la energía del cuerpo y descansar la mente.
Fuente: Muy interesante.