martes, 3 de diciembre de 2013

No os indignéis tanto




 No os indignéis tanto. Dejad de indignaros, que os indignáis por todo y no conseguís nada. Dejad de indignaros, que dais mala imagen. Dejad de indignaros, que vais a cobrar. Dejad de indignaros, que os lo van a cobrar. Dejad de indignaros, que os va a dar un infarto. No os indignéis tanto, ¡tampoco es para tanto!
No sé por qué os indigna que a Fabra solo le condenen a cuatro años de cárcel después de diez años de procesos en los tribunales. Es un hombre ejemplar, ya lo dijo Mariano. Tampoco es para tanto, ya lo ha dicho Floriano. Sigue siendo inocente hasta que no se resuelva el recurso que va a presentar, ha dicho Cospedal. Yo no sé por qué os indignáis con el PP porque no haya echado a Fabra del partido. Tampoco echaron a Bárcenas. Es lo normal, tan normal como que a Fabra le toque la lotería cada año. Lo hacen todos, todos los días, a ver si nos acostumbramos. No es para tanto: no os indignéis tanto.
No os indignéis tanto que además os sale caro. Os indignáis y os liais a tartazos y os caen hasta dos años de cárcel y multas de 900 euros como les han caído a los que atacaron violentamente con tartas de destrucción masiva a la pobre presidenta de Navarra. No sé por qué os indigna que sea mayor la condena por cubrir a un político de nata que por cubrir toda la costa de petróleo. Atentar contra la autoridad es mucho más grave que atentar contra el patrimonio de todos, dónde va a parar. La autoridad es sagrada, nuestro entorno, no tanto. Así que no os indignéis tanto.
Yo es que no sé por qué os indigna que las penas por tirar tartas sean casi iguales que por defraudar 700 mil euros a Hacienda, como ha hecho Fabra. No sé por qué os indignáis porque Fabra tenga que pagar la misma multa que pagaréis vosotros por rodear el Congreso cuando aprueben la ley de Seguridad Ciudadana. No os indignéis y no vayáis al Parlamento que os van a dejar tiesos. No tenéis para pagar tanta multa así que no os indignéis tanto.
Y además, os indignáis para nada. Tanto indignaros para tan poco resultado, para que aquí no pase nada, para que todo siga igual. Dejad de indignaros. Empezad a humillaros. Dejad de levantaros, empezad a arrodillaros. Dejad de protestar, empezad a obedecer. Sed cómplices de la injusticia que os sale más barato. No denunciéis los abusos, permitid la indecencia con vuestra complacencia, quedaos quietos, quedaos con el consuelo de que nada podéis hacer, dejad que sean otros los que se mueven por vosotros. Vosotros a lo vuestro, dejaos de problemas, que bastantes problemas tenéis ya. La vida es resistir. Y callar. No os indignéis tanto, sed sumisos, sed mansos. Si lo aguanta vuestra conciencia, claro.

("No os indignéis tanto" es el título del nuevo libro del dibujante Manel Fontdevila)

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