jueves, 7 de noviembre de 2013

Nadie es perfecto.





— He hablado con mamá por teléfono, ha llorado de felicidad. Desea que lleves su traje de novia con encajes blancos 
— Osgood, no puedo casarme con el traje de tu madre, ella y yo no tenemos el mismo cuerpo 
— Haremos que lo arreglen 
— ¡No lo harás!. Mira, Osgood debo decirte la verdad. No podemos casarnos 
— ¿Por qué no? 
— Bueno, en realidad no soy rubia 
— No importa 

— Y además fumo. Fumo como un carretero 
— A mí no me molesta 
— Y tengo un pasado muy agitado. Desde hace tres años vivo con un saxofonista. 
— Te perdono. 
— Y nunca podré tener hijos. 
— Los adoptaremos. 
— ¿Pero es que no me comprendes?: ¡soy un hombre!. 
Nadie es perfecto. 











 



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