jueves, 31 de marzo de 2016

Los días felices.

La historia es cruel,-Manuela lo sabe-,cuanto más felices se acaban los cuentos,más sufren los tristes del mundo,los que siempre son ranas y nunca príncipes,los que mueren en los caminos o en las cunetassin comer perdices de temporada.Cuanto más aprende Caperucita su lección iniciática,más golpes reciben los lobos en lo profundo del bosque.Cuanto más capital acumula ese empresario llamado Marqués de Carabás,más escarnio padece el ogro de los cuentosa costa del gato y sus botas de siete leguas.El mundo, muchacha,está lleno de Pulgarcitos que hambreansu bolsa de migas de pan.Y las cenicientas siempre son grisescomo esos cielos de plomo que guardan en su vientreuna lluvia fría y copiosa.La historia es cruel, amiga,nadie salva a los enanos de su trabajo en la minapor mucha altura que tengan,y una canción de carbón y grisúsustituye cada día las alegres melodías que nos enseñaron de niños.Nosotros ya crecimos, compañera,los patitos feos nunca llegaron a ser cisnes,y al lobo lo mataron como a un perro,colgándolo de un árbol,una manada de hombres salvajes.Blancanieves tiene la piel de Rumaníay llora de madrugada en un burdel de carretera…Yo no sé cómo decirte que los sueños no se cumplen,que los estibadores violan, a veces, a las muchachas de los puertos,que los poderosos controlan todo el mercado de nuestra imaginación,que el sistema está corrupto y no está preparado para escucharnosy que de los cuentos que nos contaban para enseñarnosel camino de la vida, hoy, apenas, quedan dos o tres supervivientes:Grétel, la herbolera, en un claro del bosque,Simbad, el náufrago, en una isla desiertay la pequeña Campanilla, ignorada, vagabunda, siempre a la intemperie,sonando de vez en cuando, de madrugadacuando llega a la estación el tren de todos los días…

Iosu Moracho Cortés.







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