sábado, 2 de mayo de 2015

Retour à Ithaque.






Una terraza sobre La Habana, la vista panorámica de la puesta de sol. Cinco amigos se reúnen para celebrar el regreso de Amadeo después de dieciséis años de exilio. Desde el crepúsculo hasta el amanecer, recuerdan sus tiempos de juventud, el grupo que formaban, la fe que tenían en el futuro, y también su desencanto.

 (FILMAFFINITY)










Regreso a Ítaca está construida sobre una peligrosa pero en este caso sólida base: las interpretaciones de sus personajes. Basándose únicamente en los diálogos, las miradas y los pasos de sus protagonistas, Cantet construye una película pura, natural, con aires documentales, donde el realismo y la naturalidad son las columnas centrales de un edificio que, si bien podría venirse abajo, no solo se mantiene erguido, sino que acapara la atención de cualquiera que pase por delante, atónito ante la pureza, dulce y agria al mismo tiempo, de lo que está viendo.

Un film cercano, directo, “cámara al hombro”, donde el espectador camina, baila y escucha a los personajes como si estuviese sentado junto a ellos, llevándose a cabo la acción en únicamente 3 escenarios de un mismo edificio. En tan solo 90 minutos y en tan reducido espacio físico, el director consigue conformar una película compleja sobre las relaciones humanas y el desencanto de un futuro que no llegó a ser como esperábamos.

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