jueves, 19 de julio de 2018

El vaso.

El vaso de Isabel Quintanilla es una obra al superviviente: Duralex. No es bonito, es irrompible. Es para toda la vida. Como su condena: amanecer para sobrevivir a la España arruinada. De ese vaso han bebido todos los nacidos en la posguerra, en los barrios obreros de la capital.





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