martes, 6 de septiembre de 2016

Ser humo.

La primera vez que dijo mi nombre,
caí en la cuenta de lo mucho que me pesaba ser yo,
luego dio una profunda calada a su cigarro
como si el mundo entero dependiera de su boca
y yo, que nunca he querido ser nada,
ni siquiera héroe,
quise ser de humo.
Ernesto Pérez Vallejo




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