domingo, 15 de noviembre de 2015

El hombre de ahora.

Para que el hombre de los de antes siga creyéndose que el mundo está en pausa solo para él hace falta también una mujer de las de antes. La señora en la calle y todo eso que le mola a él en la cama, la que lo hace todo en casa, deja al niño que estudie y le dice a las niñas que ayuden a poner la mesa. La que se tapa para que no la miren, que él se enfada. El hombre a la antigua es como el Yeti, Bigfoot o el monstruo del Lago Ness. La única razón por la que siguen existiendo es porque sigue habiendo fanáticos creyendo en ellos. Fanáticos como esos que no paran de decir que hace falta más hombres como los de antes. Siempre me entran ganas de preguntarles a qué se refieren, ¿a que acabe las frases con un puño en la mesa o a que maten lo que comen a sablazos? ¿Cuán atrás hay que remontarse para encontrar al hombre del que hablan y darse por satisfechos?



 Yo prefiero al hombre de ahora.
El que ha aprendido lo que realmente significa el feminismo (para saber lo que piensa el otro, mira hembrismo); el que escucha a las mujeres cuando se habla de discriminación por género, violencia machista, desigualdad y maltrato, que algo más que nosotros sabrán; el que se hace más preguntas antes de empezar a dar respuestas; el que se ríe de nuestras diferencias pero no acepta las injusticias; el que aprende de sus hijos/as a la par que les educa; el que deja en manos de su mujer las cosas que hasta ahora hacía un hombre sin sentirse humillado ni disminuido; el que se esfuerza en aprender a hacer las cosas que ni su padre ni su madre le enseñaron por ser hombre; el que enseña a sus hijos a aceptarse como gay, hetero, bisexual, trans o lo que quiera; el que no se avergüenza de ser el amo de casa; el que se levanta a recoger la mesa para que su novia pueda seguir hablando con sus amigos porque otro día será al revés; el que escucha cuando hablan; el que protege sin venirse arriba; el que se deja proteger cuando le fallan las fuerzas; el que habla de lo que siente; el que siente cuando habla; el que se arriesga a no saber.

Y al repasar la lista vemos que el hombre del que hablamos es un revolucionario, un amigo, un confidente, un pacifista, un filósofo, un bufón, un rey, un tutor y un buen alumno, un padre, un marido, un valiente, un científico, un curioso, un diplomático, un compañero, un psicólogo, un guerrero, un protector, un niño, un explorador, una persona honesta y sincera. En una palabra, un hombre, pero de los de ahora. De los que ya tocan.
De los que han venido a devolverle el buen nombre a la palabra.







RETO MUSICAL

Día 16: una canción que llegaste a amar pero ahora odias; no la odio exactamente pero...mejor no escucharla ;).



1 comentario:

  1. Que te bailen el agua, te hagan la casa y tu te tocas el coño en el feisbuk.

    ¿Que ofreces a cambio?

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