La mayoría de las personas que conocemos no nos inspira más que indiferencia; de modo que cuando en un ser deposita grandes posibilidades de pena o alegría para nuestro corazón, se nos queda la figura que pertenece a otro mundo, se envuelve en la poesía, convierte nuestra vida en una gran llanura, donde nosotros no apreciamos más que la distancia que de él nos separa.
Marcel Proust